Desde la carrera de 2007 en Canadá, Fernando Alonso no llegaba a un Gran Premio como líder del Mundial. Repite casi tres años después al frente de la clasificación, fuerte, convencido y seguro de que el Ferrari es un coche capaz de ganar carreras y llevarle hasta la tercera corona. Hace sólo unos meses, todavía bajo la disciplina de Renault, el asturiano luchaba para sacar adelante el monoplaza en cada carrera. Un mes de pretemporada y una carrera vestido de rojo han sido suficientes para enviar lejos en la memoria las penurias de los dos años de anonimato en la casa del rombo, purgatorio inevitable para alcanzar su hueco en Maranello. Ya no necesita motivación extra, le basta con mirar a la clasificación, con girar la cabeza y encontrar en su equipo la feroz competencia de Felipe Massa, con verse de nuevo en la pelea junto al McLaren de Hamilton y comprobar que todos sus rivales, incluido el rapidísimo Red Bull, son los que se apuntan a la lista de candidatos al título.
«Siempre que llego a un Gran Premio quiero hacerlo lo mejor posible, también cuando no luchaba por el Mundial pensaba que en esa carrera podría estar en el podio. Es parte del espíritu competitivo, que me sale de dentro cuando estoy en el circuito. No importa ser líder ahora, me gustaría llegar así a la última carrera y entonces sí que cambiarían las cosas porque sentiría una presión añadida», dijo en Albert Park sólo unos minutos después de bajarse del monoplaza.
La mayoría de pilotos encaraban la sesión clasificatoria sin haber probado los neumáticos blandos. El mal común era un consuelo para Alonso. «Estamos todos igual, así que ya veremos qué pasa en la carrera y las vueltas que nos duran», aseguró despreocupado. Con Hamilton y Button al frente de la sesión libre, el resurgir de McLaren fue uno de los temas del día en Albert Park. En el equipo inglés hay cierta inquietud por su rendimiento en Bahrein. Hamilton llegó al podio, pero siempre estuvo demasiado lejos de la lucha principal. Alonso sabe que el principal rival no es todavía su antiguo equipo. «No me preocupa lo que han hecho porque no había nada en juego. Por lo que pude ver me inquieta mucho más Red Bull. Son los más rápidos. McLaren y Mercedes pueden estar en la lucha si se adaptan a la pista. Nosotros hemos ido bien, pero debemos confirmar que somos rápidos aquí», dice el asturiano.
Entre esas cuatro escuderías Alonso aprecia una lucha que irá más allá de lo que pueda suceder en pista. «También habrá carreras en las fábricas, será una competición a la hora de desarrollar el coche y en ese aspecto estoy muy tranquilo porque mi equipo es uno de los mejores».
Aunque el agua igualó a las escuderías y las dejó sin probar a fondo los neumáticos, Fernando Alonso los señaló como una de las claves para la carrera dominical. «Lo más importante es tenerlas bajo control y que estén bien para cuando haga falta atacar o por si es necesario defender una posición». Como no fue el único que apenas rodó con los blandos, en lugar de encontrar ahí un punto negativo, buscó la recompensa en una jornada dedicada a todo tipo de pruebas. «En general hemos cumplido con el programa. Dimos muchas vueltas por la mañana y, aunque después pudimos rodar menos, fue un buen día de trabajo». No importa ser líder ahora, me gustaría llegar así a la última carrera y entonces sí que cambiarían las cosas porque sentiría una presión añadida
En la imagen Fernando Alonso se pone las gafas tras finalizar, ayer, las sesiones de entrenamientos libres. Daniel Muñoz / REUTERS