Por si alguien aún tenía dudas de que este Mundial se va a vivir en un pañuelo ahí tiene la carrera de Mónaco para despejar las incógnitas que pudieran quedar. Los cuatro primeros clasificados cruzaron la meta separados por menos de segundo y medio; Mark Webber se convertía en el sexto ganador del año tras seis carreras disputadas, lo nunca visto antes en los más de cincuenta años de historia de la Fórmula 1, y del primero de la general al séptimo sólo hay 31 puntos de diferencia, una minucia habida cuenta de que la victoria se premia con 25 puntos. El primero de la general, por cierto, vuelve a ser en solitario el asturiano Fernando Alonso, que con su tercera plaza de ayer ya ha pisado este año todos los escalones del podio tras haber sido primero en el GP de Malasia y segundo hace dos semanas en el de España.Ganó Webber porque conocido es que salir desde la pole te ofrece un extra en las calles de Montecarlo, el circuito más corto, enrevesado y en el que resulta más difícil adelantar de todo el calendario; donde el más mínimo error no encuentra escapatoria. Webber, Rosberg y Hamilton, que ocupaban las tres primeras plazas en la parrilla, salieron sin complicaciones para mantenerse en cabeza, en tanto Alonso ganaba una y se situaba cuarto no sin antes haber sufrido un achuchón por parte de Grosjean, que en su desesperada defensa acabó contra el muro tras emburriar también a Michael Schumacher y provocar el caos por detrás.Del lío de la salida el gran beneficiado fue Sebastian Vettel, que, obligado por el embotellamiento, recortaba la primera curva y pasaba del noveno al sexto puesto, inmediatamente por detrás de un Massa que ha sabido responder al avance experimentado en su Ferrari.Normalizada la situación tras una fugaz comparecencia del coche de seguridad, sin opciones al adelantamiento y convertida la carrera de velocidad en una de resistencia, con los neumáticos adquiriendo una vez más un papel principal en la trama, se sucedieron una docena de giros en los que Alonso parecía sin opciones de progresar. Pero cuando peor pintaban las cosas, cuando decaía el ánimo, encadenó el asturiano cuatro vueltas rápidas consecutivas (18.ª a la 21.ª) que le colocaban al rebufo de Hamilton.Cuando comenzó el baile del paso por garajes (vuelta 28) para realizar el único cambio de neumáticos del día llegaron a estar durante una vuelta los Ferrari de Alonso y Massa en cabeza. Forzó de nuevo el asturiano en aquella vuelta y tras colocar el juego blando, que ayer era el más duro, regresaba a la pista por delante de Hamilton. Tercero.
Vettel, que había salido con los blandos y dejó los superblandos para el final, aguantó entonces en cabeza hasta el giro 45, pero tras pasar por su box sólo consiguió regresar tras el asturiano, formándose entonces un trenecito de seis vagones: Webber, Rosberg, Alonso, Vettel, Hamilton y Massa.
A partir de ese momento, sin opciones de adelantar en pista, la emoción la ponían desde los boxes con los avisos por radio anunciando a los pilotos la posibilidad de una lluvia inmediata que no apareció, o para descartarla precisamente en el momento en que caían cuatro gotas. Los únicos que se creyeron lo de la lluvia fueron los Toro Rosso, que hicieron entrar a Vergne a una docena de vueltas para el final, cuando iba séptimo, para colocar neumáticos intermedios. El descalabro para el francés fue inmenso. Finalizó decimosegundo tras ser doblado por los seis primeros.
Arriesgar a un cambio de neumáticos era tan suicida como arriesgarse en un adelantamiento y el trenecito conducido por Webber cruzó la meta sin cambios, con los tres primeros separados por menos de un segundo.
Fernando Alonso, que lleva ganadas quince posiciones en carrera respecto a las posiciones en que partía en parrilla, evidenciaba la satisfacción por su tercer podio del año con una franca sonrisa. Lo celebró el asturiano con una pelea de espuma con Webber en el peculiar podio de Montecarlo, del que «invitan» a retirase a los pilotos para que en su celebración no chisquen a sus principescas altezas.Vuelve a sonreír el piloto ovetense, de nuevo líder en solitario del campeonato como ya lo fue tras la cita de Malasia. Cierto que sólo con tres puntos sobre los Red Bull de Vettel y Webber, pero consciente de que este año, superado el complicadísimo inicio de campeonato, cuando el F2012 era incapaz de plantear batalla en la clasificación, puede ser el de su tercer título tras el paso dado adelante por Ferrari. Tiene coche y le sobra talento.