La ola de protestas en el mundo árabe puede tener una repercusión directa en el inicio de la temporada de Fórmula 1. El arranque del Mundial está previsto para el 13 de marzo en Bahrein, pero la revuelta popular que se vive en este país (ver página 36) siembra de dudas el futuro más inmediato.
Así, los organizadores de las GP2 Series Asia debieron suspender ayer «por causas de fuerza mayor» la prueba que debía disputarse este fin de semana en Bahrein al verse obligado el equipo médico que habitualmente se encuentra en el circuito de Sakhir a desplazarse a los hospitales de la ciudad para atender emergencias y a los heridos en las manifestaciones.
El presidente de la Federación Internacional, Jean Todt, ha declinado de momento hacer una valoración de la situación y esperar a ver cómo evoluciona la situación durante esta semana para, llegado el caso, tomar las medidas correspondientes. Y es que el tiempo apura, pues si bien la primera cita del Mundial no será hasta el 13 de marzo (los primeros entrenamientos oficiales ya tendrían lugar el viernes 11), una semana antes, del 3 al 6 de marzo, deben celebrarse en Shakir los últimos entrenamientos de los equipos en pretemporada.
«Siempre trato de no reaccionar de forma exagerada con las noticias de última hora. Por supuesto, la esencia de la FIA es la seguridad: seguridad en los coches, en los circuitos y seguridad en nuestra organización. Pero por el momento no hay motivo para preocuparse innecesariamente», señaló el francés.
«Estamos siguiendo de cerca los acontecimientos y confiamos en que las autoridades locales sepan hacer lo correcto», señalaba por su parte el patrón de la F1, Bernie Ecclestone, quien, no obstante, admitía que el riesgo «es obvio».
El director ejecutivo del circuito de Sakhir, el jeque Salman bin Isa al Khalifa, emitió por su parte una nota oficial que en la que se asegura que: «La seguridad de todos los ciudadanos de Bahrein, expatriados y visitantes extranjeros es una prioridad en todo momento».
Alonso, en Montmeló
Mientras tanto, el «Circo» de la Fórmula 1 se instala desde hoy y hasta el lunes en el circuito de Cataluña (Montmeló), en la, en teoría, penúltima cita de pretemporada, que podría convertirse en la última de no solucionarse la situación en Bahrein.
En Montmeló las escuderías, además de trabajar en la aerodinámica, probarán los neumáticos blandos y superblandos que suministrará Pirelli. En los circuitos como Jerez y Cheste, muy virados, los monoplazas no pudieron hacer tandas de más de 15 vueltas debido al notable desgaste de los neumáticos.
En la gran recta de Montmeló (1.047 metros) los monoplazas podrán experimentar la nueva normativa del alerón móvil, cuya mejora se espera que acelere el coche unos 15 km/h más en situaciones de adelantamiento.
Fernando Alonso será el encargado de trabajar hoy y mañana con el nuevo F-150th Italia, mientras que su compañero el brasileño Felipe Massa recogerá el testigo en las sesiones del domingo y lunes.
Junto a Alonso trabajarán hoy en Montmeló otros tres campeones del mundo: el alemán Michael Schumacher (Mercedes), el alemán Sebastian Vettel (Red Bull) y el británico Jenson Button (McLaren).