La mirada de las victorias, del hambre y de la pasión por la competición. En un instante descubrió John Surtees todo eso en los ojos de Fernando Alonso. Setenta y siete años el inglés contra veintinueve el español, reunidos el martes pasado en Maranello. «Pasa el tiempo pero la pasión por las carreras nunca cambia. Y si la veo, sé reconocerla. Su mirada refleja la misma determinación que tenía yo cuando corría».
El elogio no viene de un don nadie. Surtees (Tatsfield, Reino Unido, 1934) le dio a Ferrari el Mundial de 1964, pero antes ya había sido campeón en la máxima categoría del motociclismo. Nadie ha repetido y solo Valentino Rossi ha amagado últimamente con pasarse a las cuatro ruedas tras una exitosa carrera en las motos, como hizo Surtees, que ganó su primer título motociclista en 1956.
La visita de una de las leyendas de la Fórmula 1 fue para Alonso el punto final a dos días de trabajo intenso de simulador en la fábrica, a donde viajó directamente desde Valencia. En su primer día de descanso, el asturiano se habrá enterado del anuncio de Pirelli. Como temían en Ferrari, a Silverstone llevarán el compuesto blando y el duro que tanto trabajo le da al F150 Italia. «Son los mismos para todos y no hay mucho que discutir sobre si le van mejor a una escudería o a otra», explicó ayer Alonso en su diario de la web de Ferrari. Le impactó el encuentro con Surtees. «Hemos hablado de carreras y de nuestras vidas en un equipo tan especial como Ferrari. Da gusto encontrar gente que te explique cómo era la Fórmula 1 en aquellos años».
La de esas épocas era muy distinta a la actual, envuelta en continuos cambios de los que ayer se conocieron más detalles. La FIA_confirmó el regreso de los motores turbo para el año 2014, con una capacidad de 1.600 centímetros cúbicos, seis cilindros en V y sistemas de recuperación de energía. La limitación de revoluciones podría estar en 15.000.
